Si alguna vez has estado en una especiería (tienda especializada en la venta de especias), seguramente te habrá sorprendido el intenso olor a especias, clavo, comino, cúrcuma, etc. que impregna todo el ambiente. Y no hace falta ni abrir los paquetes o botes para que el aroma de las especias inunden nuestra cocina. Incluso no es raro que los carteros, al entregar un pedido al cliente le hagan comentarios del tipo "que bien huele" o "toda la oficina de Correos olía a especias".
Sin embargo, los mayores puntos de venta de especias son, como ocurre por desgracia con cada vez más productos, las grandes superficies. Conscientes de ello, te invitamos a que la próxima vez que vayas a tu supermercado o hipermercado, tengas en cuenta dos cosas:
1.- La calidad. Aun en el caso de que las especias fuesen de buena calidad, que se pasen meses a la venta, expuestas a la luz y los cambios de temperatura, afecta mucho a las características organolépticas de estos delicados condimentos. Pimentones oxidados e hierbas insípidas no son algo raro. En otros casos, directamente la calidad del producto deja mucho que desear, no es lo mismo añadir a un arroz con leche una canela de Ceylán molida triple 000 que una vulgar canela cassia (molidas y a simple vista es imposible distinguirlas).
2.- El precio... ¿realmente es tan barato?. Los botes de especias que encontramos en las estanterías, y que cuestan alrededor de un euro, nos suelen parecer económicos. Pero debemos tener en cuenta que, por ejemplo, en el caso del perejil o del orégano, el peso neto suele ser de entre 6 y 9 gramos. En una especiería, 50 gramos de orégano a granel suelen costar entre 1,5 € y 2 €. Es decir, casi un 80% más barato.
Pimienta negra... ¿adulterada?
Os vamos a comentar un caso que nos pareció particularmente curioso e ilustrativo de los trucos a los que recurren algunos desaprensivos para abaratar una especia y que rozan la ilegalidad.
Recientemente un cliente nos comentó que había visto y comprado un bote de pimienta negra muy bien de precio en un supermercado de su ciudad: 195 gramos por 1,24 €. Realmente el precio era muy bueno, demasiado barato incluso para una pimienta vieja o de calidad pobre, que fue lo primero que pensamos. Al comentarle nuestra sorpresa y sospecha por el bajo precio, leyó la etiqueta con atención y nos mandó esta foto que veis, con cierta preocupación:
Ingredientes: Pimienta Negra, Harina de Maiz, Sal y Colorantes (E102,E124,E133)
“Puede tener efectos negativos sobre la actividad y la atención de los niños”
Vamos a analizar cada ingrediente:
Pimienta Negra: No es posible analizar la calidad de esta pimienta dado que está totalmente desvirtuada por los demás ingredientes.
Harina de Maiz: Se suele usar para aumentar el volumen del producto,.
Sal: con un precio de muy pocos céntimos por kg, es uno de los productos más usados a la hora de abaratar otros. Por el precio de 1 kg de pimienta negra, podemos comprar casi 150 kilos de sal.
Colorantes. Si añadimos sal y harina de maiz, pues habrá que colorearlos para que el aspecto resultante sea más atractivo. El fabricante declara usar tres:
E102 – Tartrazina. Colorante Sintético. Alérgico. Categoría D - G.
E124 – Rojo Cochinilla A. Colorante Sintético. Alérgico. Categoría D - G.
E133 – Azul brillante FCF. Colorante Sintético. No alérgico. Categoría G.
Aunque innecesarios del todo si fue pimienta negra molida pura, no vamos a entrar a valorar nosotros si son mejores o peores estos aditivos, remitiéndoos simplemente a lo que de ellos dice la OCU en su Calculadora de aditivos:
Categoría D: Reacciones alérgicas. Los individuos sensibles (asmáticos, alérgicos a la aspirina, enfermos con urticarias crónicas...) pueden sufrir una crisis con síntomas similares a los de una alergia tras ingerir ciertos aditivos.
Categoría G: Engañosos. Enmascaran la ausencia de un ingrediente, su pequeña presencia o su baja calidad, mejorando la textura y el aspecto del alimento.
Además, en el caso del primero de ellos, la tartrazina, el fabricante está obligado a indicar la siguiente información adicional que leemos en la etiqueta: "el colorante E 102 puede tener efectos negativos sobre la actividad y la atención de los niños". Solo nos queda el consuelo de que al menos está bien etiquetado...
Fecha de caducidad
También nos parece reveladora la fecha de caducidad indicada: 2019. Esto es, como ya hemos dicho antes, muy conveniente para el supermercado, ya que le da un margen temporal muy grande para la venta de estos productos, que se pueden pasar años en sus almacenes, lo que les permite comprar toneladas de producto, beneficiándose de grandes descuentos. Eso sí, todo ello en detrimento de la calidad del producto vendido.
Por todo ello, solo nos queda recomendaros que os acerquéis a la especiería más cercana y probéis alguna de las especias que más frecuentemente soléis usar en vuestra cocina. Los resultados sin duda os sorprenderán gratamente y os harán plantearos algunas cosas.